lunes, 5 de septiembre de 2016

No crezcas, es un trampa

Intentaba dibujarte un cordero,
uno que viviera de 7 días 8 noches
en tus sueños.
A ti, a ti te daba igual,
que planeabas sobre un campo de minas de regaliz rojo,
con petazetas en el estómago y cascabeles en la risa.

Con mas de 610 rayuelas
escociéndote en las rodillas
y toda esa mercromina olvidada
con los primeros besos,
los primeros cigarros,
los rotos,
las estrellas que nos daban risa,
Foto/Bodypaint: Jon Gil Alonso

con tantos amores ficticios,
 platónicos
y plutónicos.

Y las más de 43 puestas de sol
que a tu lado no entristecen,
ni siquiera al cordero
que se ha hecho mayor
dentro de aquella caja mágica que dibujé para ti,
y que seguiré dibujando
todas las 43 veces que colorees mi avión de flores
para que deje de recordar
que me he hecho mayor.

En todo este desierto
o a la sombra de cualquier baobab,
que tu me preguntes, cansado
de dónde soy

soy de mi infancia.